Celebramos un cumpleaños y tomamos el pastel y las velas. Dejándolo en un bar se nos informa que al sacarlo como un postre, se nos cobrará como un servicio. Pensé que era tan feo que estábamos a punto de cancelar la reserva. Había varias mesas libres en otro comedor, nos pusieron con otro cumpleaños de una niña de un año, que lógicamente debido a su edad, se mantenía en movimiento y gritando, lo que hizo que la noche no se callara hasta que se fueron, (esto era evitable ya que otros comedores estaban vacíos). En cuanto a la comida todo era muy bueno, excepto el muelle de carne, que nos decepcionó