La atención no está mal, aunque fundamentalmente por la noche aunque te sientes a las ya lo primero venga, que a las cerramos cocina, porque hay que cerrar a las por eso del nivel modulado medidas covid, y los de verde aparecerán así que aún con tiempo suficiente empiezas algo estresado.La carta habría que variarla, innovar, y máxime teniendo en cuenta que dado el impacto económico covid dado en el municipio de Alhama de Aragón ha obligado a cerrar muchos, pero muchos establecimientos, y este concreto junto con otro más, son los únicos abiertos (si no quieres coger el coche) quedan los balnearios (pero p.e, y ya indicado en otra opinión, en el hotel balneario Alhama de Aragón la calidad de las comidas ha empeorado de forma gradual, año a año, en el balneario Termas Pallarés no puedo decir nada, porque además con esto de las medidas covid, a los no alojados no dejan entrar ni para tomar un café por ejemplo, cosa que no pasaba antes).En el STOP, es para cenar (comer no hay menús, son raciones, platos) un día, máximo dos, ya más aburre .Los platos, raciones varios son tipo congelados, preparados, no están mal, pero sin echar las campanas al vuelo.El dueño está atento en la medida de lo posible, los precios están en la línea de lo normal (no hay sustos en el ticket) pero debería de adaptarse a las necesidades.No son lentos.