Me encanta este restaurante, siempre y cuando podamos repetir. Nos encanta sentarse en la mesa cerca de la chimenea en invierno y verano en la terraza. la comida es exquisita. Siempre pedimos varios platos entre ellos croquetas, huevos rotos (el mejor que he probado en cualquier lugar), lomo con ajo, camarones a la barbilla, jamón y surtido de patés. de postres los flancos de rosas, higos, crujiente de chocolate blanco y coulant de chocolate son un placer. sin duda un agradable y acogedor restaurante, con personal amable y atento y comida una maravilla. gracias y felicitaciones por su trabajo.