Comí en este restaurante el BUENO: iba con una perrita y me dejaron comer en una de las mesas de la terraza. En otros sitios ni siendo en terraza te permiten ir con mascota.LO MALO: Solo una camarera para todas las mesas, y no daba abasto (aunque ella lo intentara). Los precios algo subidos para lo que ponen: ración pequeña de ensaladilla (más bien media ración) aunque tengo que decir que estaba buena; gambas al ajillo, que eran más bien gambitas por el tamaño, y había contadas a (y además saladas y algo secas; lástima no haber sacado foto).Para una ración rápida no está mal pero mejor que no haya muchos clientes porque si no vas a esperar.