Llamamos para reservar mesa para nos dicen que hay disponibilidad para las les decimos que estamos por la zona y que llegamos en min, la chica nos dice que ok. Llegamos, restaurante vacío (completamente), nos sentamos, traen la carta hemos pedido embutidos para compartir un entrecot y un surtido de carnes ibéricas y una botella de vino. En general nada a destacar, comida muy normal ….. el teléfono no para de sonar y el ruido en el comedor es todo menos agradable, son excesivamente lentos, entre los embutidos y los segundos tardan hora… salimos del restaurante a las No pensamos volver.