Siempre te sientes como en casa. La terraza al sol, ¡¡ Lo más!! Y el producto siempre a la altura. No sabía ni que pedir. Las mollejas riquísimas y las judías canela, eran éso ¡Canela fina! El trato exquisito, es hacer excelencia de la hostelería. No soy familia jajaja pero sí exigente y aquí, es fácil solo disfrutar. Se agradece.