Fuimos a comer tras hacer rafting en el río, por lo que llegamos tarde. Aunque teníamos reserva tuvimos que esperar unos minutos. La carta tiene mejor pinta de lo que luego es. Decepciona comerte unas chuletas de cabritillo con ajetes, con medio kilo de ajetes congelados € el plato)El servicio de mesa está atendido por camareros sin experiencia, que aunque ponen todo su empeño, pues se nota en rapidez y eficiencia.Estar al lado del río es muy bonito, pero comer rodeado de moscas que te inundan el plato no mí, el precio pagado por la comida fue elevado en relación a la calidad de la comida y del servicio hamburguesas, cabritillos con ajetes (congelados), verduras confitadas (congeladas), bravas (que se cayeron la mitad a la mesa cunado las trajo la camarera), helados de tarrina, cervezas, refrescos):