descubrimiento. En busca de la zona, queríamos comer en un italiano, nos caímos por casualidad en este rincón peculiar que respira península italiana en los cuatro lados. el restaurante es gestionado por una familia italiana, que es responsable de hacer todos los productos mismos, de pasta, pizzas y postres típicos italianos. La madre es un verdadero encanto, giran con el servicio, te preguntan lo que necesitas en todo momento y el trato es muy agradable. Pedimos pizzas, pasta, postre y café, todo muy bueno y con excelente calidad. es decir, los sabores son fuertes. conclusión, un italiano... italiano, que recomiendo ir al 100%. precio promedio alrededor de 25€.