Existen, según mi opinión, cuatro características fundamentales de un restaurante: El ambiente-decoración, la comida, el precio y el servicio. Pues bien, menos en la primera, y esto es porque no es un sitio lujoso, lo bordan. Sobre todo en el último aspecto. Se nota la profesionalidad y el excelente hacer de las personas que te atienden, de todas las del restaurante. Hacía tiempo que no me sentía tan a gusto, y eso que no teníamos con el lugar, ninguna relación. Llegamos el primer día, sin conocerlo , y repetimos otros dos días más, sin querer conocer otro restaurante en Santander. El producto es muy bueno, y está muy bien trabajado, y los precisos son más que correctos, aparte que existe un menú del día, entre semana, más que correcto.. Es un sitio para recomendar y para ir a comer cuando volvamos a Santander.