Fuimos a comer, y nos encantó todo. Pedimos algunas entradas, dedos de pollo para los más pequeños, que los consiguió mucho, algunos huevos rotos y una oreja de hierro que fue espectacular, no lo esperas así porque era entera y súper tierna y al mismo tiempo crujiente, en la mayoría fina. plato principal, presa ibérica con patatas, muy tierna y suave con una salsa muy rica. y un bacalao con guisantes jugosos. los postres también buenos tiramisú y colgante de chocolate con helado pistacho. Toda la lástima es que lo vimos tan apetecible que olvidamos tomar una foto, pero sirve como un scus para volver a ir. Totalmente recomendable y precios muy económicos.