de pasar a Vitoria y refugiarnos de la gran última nieve, aterrizamos en el sukalki, nos dieron la bienvenida con mucha amabilidad, tratamiento y muy buen ambiente. su aspecto un tanto ecléctico, le sorprende con la calidad y el gusto de su cocina. en vinos, también han recomendado razas, clásicos y no tanto. Deberíamos llamar a reservar. cuando regresemos, prometemos volver.