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Reseña
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Es un bar tradicional, con una decoración que era popular hace 20 años, sillas y mesas de esa época, etc. El menú no es muy extenso, pero tiene opciones para todos los gustos. Lo más común son las hamburguesas, que están bastante buenas y a un precio razonable, como si las hicieras en casa. Como dato curioso: solo sirven patatas fritas los fines de semana (para mí, una hamburguesa sin sus patatas no es lo mismo, así que es algo a tener en cuenta) y ofrecen una hamburguesa vegana por un suplemento de 1€. En definitiva, comida básica a buen precio y en un ambiente sencillo. El servicio es muy bueno. Dos coca-colas, dos hamburguesas completas con bacon y una ración de patatas bravas no llegaron...