5 /5
Valoración media
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Como camping tiene algunas ausencias mejorables, pero la sensación de estar en familia las compensa. A destacar, con más de un 10, su restaurante, y más aún su gente, responsables y camarer@s. Cocina manchega, típica pero perfectamente elaborada, y la mejor atención personal posible. Un lujo. No le quita una estrella, aunque debería, que el WC Químico sea un desagüe en el suelo, cerca de las parcelas y el camino por donde paseamos los campistas. Sin ningún aislamiento, ni paredes, ni urinario específico. Poco presentable, muy visible, y muy incómodo para cualquiera. Contrasta con la limpieza de baños y duchas. Volveremos.