3 /5
Valoración media
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Esto parecía una experiencia muy genuina en las pequeñas afueras bastante somnolientes de Álora; nadie en el personal hablaba inglés, el menú era una nota escrita a mano de seis proteínas que logramos descifrar con la ayuda de algunos españoles de la escuela olvidada y un poco de charadas del camarero y al final acabamos de ordenar a uno de cada uno compartir. La comida era simple, proteína más ensalada y/o patatas fritas, pero especialmente los platos de pescado y mariscos eran buenos. La carne un poco exagerada y el solomillo (fillet) definitivamente no lo era. Después de alguna confusión tenemos agua y vino para ir con. Precios super razonables!