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Valoración media
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Hoy paramos en pleno corazón del pantano de Los Bermejales, en el restaurante El Cruce. Ya, como podéis ver, la enorme paellera como tapa es toda una declaración de intenciones. Aquí se come bien, y mucho. La parrillada muy bien y los calamares también. La tarta de queso estaba muy rica. Ah, y tienen buen café. La única pega, para mí, es que, cuando nos metimos adentro a comer resulta (para algunos) una tortura hacerlo con reguetón de fondo todo el rato. Por lo demás, un sitio estupendo.