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Valoración media
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Este pequeño y modesto restaurante marroquí ofrece comida honesta y muy condimentada, ¡como debe ser! Y además, a un precio más que justo. Los viernes es mi día favorito, es el día que preparan Cous Cous (vegetal o con carne de ternera o pollo), para la cena hay sopa Harira y si lo acompañas con el té verde tradicional, estarás a las puertas del cielo. A manera de postre pide el pan tradicional con queso y miel, preparado al momento. ¡Una delicia! El servicio es más que amable, te tratarán como si fueras de la familia. Una de las joyas de El Raval.