4 /5
Valoración media
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Estuvimos por la zona con nuestra hija y decidimos comer en este restaurante buscando recomendaciones de Google. El local es muy amplio y cuenta con bastantes mesas en interior, todas con más distancia de la que se recomienda en estos tiempos de COVID, así que en este aspecto muy bien. También tiene una pequeña terraza en la que habían un par de mesas pero con más pinta de tomar algo. Solo hay menú, al ser sábado era un menú de 18€, con entrantes para compartir y un segundo a elegir entre varias carnes a la brasa y paella marinera. Los entrantes eran boquerones fritos, pimientos del padrón, ensalada verde con atún y patatas bravas. También sirvieron por cuenta de la casa un par de vasitos de lo que parecía sangria acompañado de unas patatas fritas. Los entrantes estaban muy buenos, el problema es que no te puedan gustar como le pasó a mi mujer y mi hija. De segundo pedimos entrecot a la brasa, bastante generoso y calidad correcta teniendo en cuenta que es de menú, en otros lugares tranquilamente habrían cobrado los 3-4€ de rigor como suplemento. En el plato solo chirriaba una salsa agridulce típica de los chinos que nada pintaba ahí, creo que para dar un toque de color hay mejores formas. También pedimos una paella para uno, que también era correcta y generosa, aunque claramente yo me decantaría por pedir carne. También entraban los postres, eso sí, la bebida a parte. También nos ofrecieron un menú infantil, el típico de espagueti, croquetas o pollo a l’ast. El personal es amable y los tiempos de espera son cortos. No vimos que el local se acabara de llenar aunque nosotros teníamos reserva. El local es accesible y la zona para aparcar buena. El precio no me pareció excesivo porque me cuadraban los entrantes pero para los que no les gusten, al final estarán pagando por un segundo. Tampoco sé si serán siempre los mismos entrantes o los harán según la temporadas Buen sitio, si estás por la zona es recomendable.