3 /5
Valoración media
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Bar diminuto, de tres mesas muy juntas. No se podía conversar entre los comensales. Al llegar la única pregunta que te hacen es si teníamos alguna alguna o si había algo que no nos gustara. A partir de ahí empezaron a bombardearnos de platos, le dijimos en varias ocasiones a las camareras que aguntaran un poco los platos e hicieron acaso omiso, por lo tanto la cena se enfriaba, te hacían embutir la comida y no disfrutamos nada. La ensalada de ahumados, estos estaban prácticamente triturados y el tomate muy pasado. Las patatas estaban refritas, aceitosa, . La ensaladilla de bocas, que era eso ....bocas y Mayonesa. El queso fresco frito, sin sabor alguno, y así podría describir todos los platos. La calidad del producto muy justa Se paga más por la cantidad, que por la calidad.