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Valoración media
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Intentaré decir que no hay factor emocional. Pedimos un tercio y una cremallera, y nos dicen que en la terraza no sirven una barandilla, te decimos que hay una mesa con cremallera y nos dice que en las mesas altas sí, esa es la ley. Te pregunto qué ley, y me dices la ley del jefe. Nos equivocamos. Decidimos dar por bien su ley pedimos una ronda de dos tercios, y dos tostados, de gulas y camarones y de solmillo con salsa de chorro. Nos traen dos tostadas, grandes y con mucho ingrediente. Golas de arriba arriba con camarones, superfritas y una gran cantidad de reducción de px, y el mono-millo, superfrito, seco, y para remar en nariz pone cremalleras en la mesa inferior a través de la calle. No tengo nada más que decir, es mi experiencia. Lo siento, pero no volveré.