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Valoración media
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Reservamos para cenar por anticipado, llegamos justo después de estar esquiando en la próxima estación de Valdelinares, recomendados por unos monitores amigos nuestros. Estuvimos tomando un refrigerio mientras se hacía la hora de cenar, el local es muy pintoresco, acogedor y la persona que nos atendió muy agradable. Para cenar nos pedimos para compartir entre una ración de oreja y unas patatas con jamoncito y huevo roto, destacar que el punto de la oreja estaba especial, el ajito muy bueno y tierna tierna. De plato principal me pedí un secreto ibérico con guarnición, la carne estaba super tierna y se deshacía en la boca, la salsa muy acertada. Para beber pedimos una sangría con la curiosidad que tenía pera verde, que le daba su toque y estaba muy rica y unos chupitos digestivos para dar el broche a una buena cena. Y el precio muy bien, salimos a por cabeza y cenamos bien bien. Repetiremos seguro.