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Reserve mesa con una semana de antelacion, me llamo la noche anterior para confirmar la reserva, 8 adultos 1 nipña de 4 años y 2 bebes. Nos sentamos a las 15.00 y acabamos de comer es un decir a las 17.00. La señora estaba sola en la cocina, barra del bar y sirviendo los platos. Elegimos el menu ansotano, 1º migas:escasa, frias y sin cocinar. 2º Crema de boliches, estaba bien. longaniza cruda. 3ª Huevo en cocote con trufa. Trufa congelada y puesta encima del huevo. Fatal. 4º Lo mejor el lechal ansotano. Creemos que no era lechal, pero si lo era llevaba una semana hecho, un olor a carnero, una carne con una textura mala. Postre, unos trozos de queso, 20 centimos de queso, con especias. Horrible. Pues eso que INCREIBLE.
Comida excelente, el servicio inmejorable,formidable. Por poner una pega,es que sobraban las telarañas de las claraboyas y barandas
Acabamos de comer y todo fantástico. Aunque tienen un menú muy atractivo hemos preferido escoger dos ensaladas por cierto, la templada de verduras muy rica), huevos rotos con jamón y las croquetas de borrajas deliciosas), de postres arroz con leche y crujiente de queso y membrillo. Todo muy bien elaborado. Repetimos seguro!!!!
En septiembre hemos estado mi pareja y yo en Ansó, que es un pueblo del Pirineo de Huesca, que hay que conocerlo, de los más bonitos que hemos visitado. Está muy bien conservado y tiene rincones verdaderamente únicos. En Maiberal comimos de maravilla, un menú muy sencillo pero elaborado y y con MUCHO GUSTO, la verdad no lo esperábamos! Y el precio? más que arreglado. Bueno, luego Silvia nos atendió de maravilla..... y los demás camareros también. Enfin, estuvimos de maravilla.... Nosotros volveremos!!
Lo visitamos en agosto, tanto el pueblo como el restaurante valen la pena. Casa Cortés, desde fuera parece un pequeño bar de pueblo, una vez dentro te encuentras en la planta baja con un bar muy acojedor y en la planta superior una pequeña sala, pero lo mejor de todo su servicio y su pequeña pero interesante carta con productos de la zona, cenamos de vicio por un precio mas que razonable. muy muy recomendable...
Restaurante situado en el precioso pueblo del Pirineo oscense Ansó. Bonito restaurante con buen y valiente cocinero. Prepara buenos platos a buen precio. Buenas tapas, preparan unas gambas con rebozo que están de miedo, también las croquetas. Si te quieres refrescar pide un te frío, es artesano, esta buenísimo. Si paseas por las calles de este maravilloso pueblo, mira como curiosidad las tapas de alcantarilla. Datan algunas del año 1928!!
