3 /5
Valoración media
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Experiencia irregular. Es un sitio típico para comer en la zona, un poco apartado, a los pies del monte sagrado Tindaya. Aparte de eso puede decirse que está en medio de ninguna parte. El local tiene una terraza bonita pero pequeña, aunque por dentro no es nada del otro mundo, la verdad, y como no teníamos reserva tuvimos que comer en el interior. Dentro, oscuro y un poco de calor. La mesa pegajosa y completamente inestable. Pedimos dos refrescos, unas papas con mojo, 8 mini hamburguesas de cabra, y una hamburguesa Angus, que me hacía bastante ilusión. Las papas correctas, y las hamburguesas de carne de cabra (que es lo que hace famoso a este sitio) muy ricas; pero la hamburguesa Angus... una decepción. La carne de Angus es de las mejores del mundo por su sabor, textura suave y jugosidad; la carne Angus que me pusieron no sabía a NADA, estaba completamente SECA, y si no fuera por la salsa que la acompañaba ni me la habría comido. Además, mientras que el pan de las minis de cabra estaba muy bien, el de la hamburguesa Angus era un pan malo malo, sin ninguna calidad, puro aire, era como masticar relleno de cojín... En resumen, aunque recomiendo una visita por probar las originales hamburguesas de cabra, creo que por el resto de la comida no vendría hasta aquí, lo siento.