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Ese día estaba lloviendo y me detuve para esperar que pare la lluvia, pero el joven me ofreció un asiento, inmediatamente bajó las cortinas de plástico que tienen para la lluvia y movió la mesa allí me asentaré para que no me mojara porque mientras llovía le pregunté algo simple una ensalada rusa con atún, y tomé un café, ambas cosas muy buenas que no tengo queja, la atención de este joven hombre vale mucho.