3 /5
Valoración media
★
★
★
Nos alojamos en el hotel e hicimos una reserva para la cena. Al hacer la reserva, nos comentaron que no abrirían la terraza ya que hacía bastante fresco. Teníamos ganas de cenar al aire libre y disfrutando de las impresionantes vistas, pero no pudo ser. Estuvimos muy bien atendidos y recomendados por el camarero que nos sirvió. A la hora de pedir, le advertimos que no teníamos mucho apetito así que nos sugirió que pidiéramos un par de platos para compartir. La carta es bastante reducida, pero lo que probamos estaba rico. Las croquetas de jamón, cremosas y muy sabrosas. El canelón de rabo de toro con migas, nos pareció bueno, pero algo seco. El sitio es recomendable por la atención y, sobre todo, por las vistas (aunque nosotros no pudimos disfrutarlas).