4 /5
Valoración media
★
★
★
★
En mi primera visita a Salamanca después de la pandemia, decidí pecar de gula en un restaurante diferente, acogedor y muy bien ubicado, aunque con cierta apariencia clandestina. Desde el primer momento en que cruzamos por la puerta, ya se intuía una atención muy centrada en el cliente, de lo más destacable sin duda. Centrándonos en la comida, la verdad es que se nota la intención de hacer algo diferente. Lo peor desde mi punto de vista, las croquetas, muy planas y que no cumplieron con nuestras expectativas. Del resto de platos, destacar sobresalientemente la berenjena gratinada con salsa de anguila, las gyozas y los canelones de langostino y trufa. Por su parte, los rollitos de pato me parecen una idea fantástica pero que habría que pulir un poco más para que fueran una elección obligada (salsa algo sosa y el pato un poco seco). En general, la relación calidad-precio de El Pecado es algo caro para el tamaño de la ración, pero una visita que no defraudará y hará las delicias para salmantinos y turistas que se pasen por esta maravillosa ciudad.