2 /5
Valoración media
★
★
Hacia mucho tiempo que no íbamos a la Chalana y en Semana Santa, no conseguíamos reserva en ningún sitio y sorprendente allí sin problema. Luego entendimos el por qué.. Al llegar nos sorprendió la poca gente que había tanto en zona de barra (que la recordaba siempre muy concurrida) como en la zona de restaurante, que estaría lleno la mitad o menos. Teníamos ganas de comer el arroz con bogavante, y como sabíamos que iba a ser abundante, solo pedimos de entrante media de pastel de pescado. El pastel estaba correcto, rico sin ser el mejor que he comido. El arroz con bogavante... gran decepción, algunos granos duros y el bogavante con un color muy negro, que la verdad no me hizo disfrutarlo pensando si estaría en mal estado. La mesa de al lado devolvió su arroz, lo cual me dió más miedo aún. Pedimos un postre para compartir, tarta delicatessen que fue una vergüenza: cara, mala... Los camareros a veces parecen guardaespaldas y resulta incómodo mantener una conversación privada con él al lado. Muy extraño. No volveremos a este restaurante ni lo recomendaremos!! Calidad-precio pésima!! Una pena lo que fue hace años y en lo que ha quedado...