5 /5
Valoración media
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Nos ha enamorado este hotel y a la vez su restaurante. Por un lado la habitación es preciosa, super cómoda , con unas vistas impresionantes y tienes de todo lo necesario, por ejemplo un buen secador de pelo no el típico de hotel. Es un hotel pequeño pero está en plena playa y cada rincón está decorado con el máximo encanto. En el precio de la habitación nos incluía desayuno y nos entraba café o infusión, zumo y lo que quisiéramos elegir de su carta de desayunos que es súper variada, elaborada y para todos los gusto Y del restaurante solo puedo decir que esta impresionante, normal que esté lleno hasta en invierno. Comida de calidad muy buen servicio y buena relación calidad precio. Se nota la buena onda del ambiente surfero, sobre todo en el personal. Uno de los mejores sitios que hemos visitado en mucho tiempo