5 /5
Valoración media
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Me encanta este restaurante por tantas cosas... la comida es inmejorable y el servicio es impecable. Rápidos y atentos, el local está limpísimo. Las gambas al ajillo son una delicia y la música del gran Peluche recorriendo el salón es lo mejor. No necesita ni micrófono, un tío simpático. Un local muy divertido, en tiempos te daban de beber de un porrón (me imagino que será por la covid que lo habrán dejado de hacer porque ayer no nos dieron). Para mi es una cita imprescindible cenar una noche cuando estoy de vacaciones, te vas con la impresión de que conoces a todos de lo majos que son.