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Valoración media
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Después de una visita al santiago de compostela, pasado por el agua como no, decidimos acercarnos a comer este lugar famoso, muy bien valorado por los vecinos de la zona. la verdad es que nada más entra en el recinto e incluso antes del estacionamiento, tus ojos inundan con el hermoso paisaje que envuelve la casa/restaurante, de arquitectura rústica, que te hará volver 60 años en el tiempo. Una vez dentro, pudimos probar su pulpa exquisita con almejas, un placer. Además, la magnífica atención de los camareros y el gran chef detrás de cada uno de los platos que puede probar. Sin duda un lugar al que regresar. Por cierto, también tienes alojamiento en caso de beber demasiado vino de las rias baixas y no quieres tomar el coche, te despertarás en una hermosa y rústica habitación en medio de la naturaleza. ¡Encabezamiento!