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Valoración media
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Cuando llegamos a Tudela, para nuestra sorpresa, no había a penas nada abierto para cenar. Es raro, ya que en pleno puente…pues en fin. Afortunadamente, encontramos este lugar y hicimos reserva para poder cenar, ya que estaba completo el comedor. Nos puso una mesita el chico muy amablemente en la barra. Un sitio muy acogedor y de estructura tradicional. Nos sentimos como en casa. Comimos de fábula, recomiendo altamente el cordero asado y tuvimos, además, la suerte de que es la semana de la verdura y pudimos probar unas alcachofas con foie que estaban crujentitas y riquísimo todo! Nos decidimos a tomar una copa ahí mismo, ya que estábamos tan a gusto y satisfechos. Volveremos porque además, también brindan muy buen trato y servicio!