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Valoración media
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Siempre que paso por Villanueva como en Jairo y no dejan de sorprenderme con platos originales y de calidad excelente. Hoy ha sido fuera de serie, pues he probado sus croquetas líquidas con jamón ibérico de la dehesa extremeña. Ignoro cómo consiguen dar forma a las croquetas, pues bajo su crujiente envoltura encuentras la masa líquida, de suavidad apasionante, y trozos de jamón ibérico: conjunto equilibrado que te incita a seguir probándolas. La recomendación de su verdura asada con pollo y salsa teriyaki fue todo un acierto: ¡nunca probé algo tan rico! Grandes trozos de verduras con trozos limpios de pollo y esa salsa japonesa tan exquisita. No pude resistirme a probar la lasaña y me alegro de haberlo hecho, pues la receta está perfectamente conseguida, con un equilibrio perfecto en los ingredientes y ajustado gratinado al horno. El solomillo con salsa de quesos no se queda atrás: el punto exacto de la carne y la textura medida de la salsa son un regalo para el paladar. Acepté degustar la carne mechada en salsa de Oporto, y me alegré mucho de hacerlo: parece increíble que un plato tan sencillo alcance el valor de la alta cocina. Creo que es muy difícil conseguir esa armonía, sin duda por utilizar ingredientes de primerísima calidad. Cerré mi degustación con unas natillas que, pese a ser uno de los postres más sencillos, fue el colofón brillante a un improvisado menú que me dejó, además de satisfecho, sorprendido. Me despidió, con una larga y muy agradable conversación, Montserrat, la propietaria y autora de esas recetas inmejorables. Aunque tiene ayuda en la cocina con dos muy buenas profesionales, es ella la autora de tantas delicias culinarias. Puede parecer exagerado este relato, y reto al que lo ponga en duda a que compruebe por sí mismo cuanto aquí he opinado y reflejado con total equidad. Estoy seguro de que me darán la razón. ¡No dejen de comer en Jairo!