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Valoración media
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La Plaza de la Ciudadela marca el inicio del populoso barrio de Coronación, lugar donde se fusionan inmigrantes de diversas procedencias con autóctonos. El barrio es una zona pendiente de una urgente regeneración urbanística y el poder adquisitivo de sus habitantes tirando a escaso, lo que unido al exceso de oferta hace que el tipo de bares de la zona sea el de empresario individual con ayuda de la familia y pocas o ninguna pretensión más que la de ir sobreviviendo. En ese sentido el AMBIGÚ es la última oportunidad en muchas manzanas de poderse tomar un criancita rico con una ración de buen jamón ibérico, o darse algún capricho con algún pintxo más elaborado. Destacan también los de bacalao rebozado y las orejas de cerdo con alegría riojana. En el país de los ciegos el tuerto es Rey, y un bar que en la zona centro hubiera pasado quizá desapercibido, marca la frontera entre un cierto nivel (casi) premium y las tascas populares sin ninguna pretensión que inundan una zona de Vitoria tan entrañable como abandonda.