4 /5
Valoración media
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Había estado varias veces en este restaurante hace años y guardaba un grato recuerdo del mismo, por eso decidí volver con mi pareja para una celebración. He de decir que dejaban mesas vacías entre comensales por tema covid y se agradece, tanto por el covid como por la tranquilidad que te da a la hora de comer. Comimos en la parte de abajo y el sitio estaba bien, si acaso un poquito de fresco, cosa habitual últimamente en los restaurantes por el tema ventilación. Nos decantamos por el menú especial de €, tras una croqueta de aperitivo ,constaba de tres entrantes y un segundo a elegir junto al postre. Nosotros optamos por la especialidad de la casa, cabrito. No puedo decir que nada estuviese malo la verdad, cada cosa tenia su punto especial y se hace agradable cada uno de los platos. El cabrito bien de sabor, cantidad, patatas ricas y puede por decir algo que parte del mismo estuviese muy crujiente y no se pudiese comer pero en general, rico de sabor. En cuanto al postre, lamentablemente la tarta de queso no era nada fuera de lo normal, sin mas y la leche frita no le conseguí encontrar el punto especial, me parecía una leche de soja solidificada con poco mas. Si a la comida le daría un a la hora del postre le daría un En líneas generales el lugar está bien y la comida cumple, buen sabor y buena presentación.