Fuimos a comer dos veces, porque queríamos probar algunos platos que vimos pasar por otras mesas, las dos veces que estábamos pensando en volver. todo espectacular, variedad de platos y con mucha elaboración. no es una típica torre de playa chiringuito, no hay esqueleto o pescado frito. precio correcto. en la playa, con diferentes ambientes y un trato perfecto. Fuimos con nuestro perro (35 kg) y no pusieron ningún problema para comer allí. Sin duda, si vuelvo a la torre del mar, volveré a probar los platos que me quedan.