Fuimos un fin de semana a Sevilla y no sabíamos donde ir, así q preguntamos en el hotel. Terminamos en este garito, que sin mucha expectativa, decidimos quedarnos ... y fué el mejor sitio donde estuvimos comiendo todo el fin de semana. Si que es cierto, que la camarera estaba atendiendo a mil mesas a la vez, pero con nosotros fué muy atenta y todo lo que pedimos, fue espectacular. Cenamos unas tapas variadas y todas riquísimas. Desde el montadito hasta el jamón, pasando por el salmorejo.