el sitio parece un lugar oculto, encantador, sin grandes instalaciones, pero promesas. Pero se queda un poco en la mitad. Primero, hacía frío. Diciembre, sin calefacción, calle oscura y el tipo en camiseta. Pedimos jamón, carne, aperitivos, lo normal para un asador, y está bien, pero nada repasable. Precio alto, al hilo de estos sitios que parecen ser de producto. podríamos comer medio bien, euros por persona, pero no volver o recomendar. El dueño comiendo en el bar no da una buena impresión.