Algo que nos extrañó fue que no nos pidieran el QR para acceder al local. La comida no estaba mal aunque la carne nos habría gustado con algo más de maduración, pero es cuestión de gustos.Algo a mejorar sería que pusieran una luz más acogedora, o menos cantidad de luz o cambiar las bombillas que tienen por unas que iluminen menos y así crearían un ambiente más acogedor que es lo que pega cuando vas a cenar a lugar de montaña. Otra cosa que no está bien son los culchillos. Fue todo un desafío cortar la carne con unos cuchillos que no eran de carne. La nota positiva fue la persona que nos atendió. Una chica rubia argentina muy amable y profesional.