Sorpresa inesperada dentro del mercado, el día aterior comimos en el mismo puesto, pero en la terraza fuera: pescaíto frito rico pero atención de los camareros de fuera regular, chicos muy secos y poco sonrientes.. El segundo día nos sentamos en este puesto dentro, sin saber que era el mismo bar. Carne a la plancha esquisita, la mujer que nos atendió muy amable y...la ensalada tricolor casera.. la tuvimos que repetir, rica no, lo siguiente!! Nos encantó, junto con la atmósfera y la gente del mercado.
