Habíamos hablado bien de ello, y está confirmado. Muy familiar atención, amistosa y servicial. Variedad de platos típicos argentinos y espectacular selección de carnes. Probamos la empanadilla de carne, morcilla y chorizo criollo, todo riquísimo. Seguimos con 200 gramos de carne argentina, espectacular, acompañado de patatas fritas y verduras bien preparadas, y algunos rectificados, que realmente con media racion sería suficiente. Después del postre pedimos un surtido, que a pesar de ser algo caro, son una representación de cinco postres, incluyendo tortitas y una torta de chocolate con espectacular leche dulce. Todo acompañado de un emilio moro, por casi 100 euros, pero merecía. Estamos muy satisfechos.