comida familiar en el mes de noviembre de buen estacionamiento junto al local. Servicio de camareros espectaculares, estaban en todo momento atentos a cualquier necesidad. comedor con espacio entre mesas adecuadas. Fuimos con un menú cerrado y un niño de tres años para quien no cobraban servicio. El cocinero estaba preocupado por preguntar qué la comida ya estaba haciendo pruebas con la desalación del bacalao, que era espectacular. la comida sobria, cromo de carne y paella de mariscos, la empacaron al vacío para llevar, servicio ofrecido por el propio restaurante. para repetir