Parece una venta típica de carretera, pero no lo es. De hecho, se encuentra en una zona montañosa, la serranía de Cádiz, junto con una confluencia del río Corbone entre olvera y campillos la única venta en la que vale la pena detenerse. dejando a un lado la olvera, a 70 km de los arcos de la frontera, la carretera comienza un descenso suave, lleno de curvas y contra curvas. al final de la misma, a la derecha, es la venta, con un montón de estacionamiento delante del suelo. Tienes que tener cuidado porque puedes pasarlos fácilmente. delante algunos portadores que albergan una hermosa terracita. el estilo arquitectónico es ecléctico, aunque cubierto con detalles andaluz. El acceso al interior del bar está a la derecha y el comedor a la izquierda, hay una zona de no fumadores convenientemente aislada. En frente hay una zona de producto típica y una ventana que conduce a la espalda, a un nivel inferior en varios metros. En esta parte inferior hay un bar con barbacoa y hierro y una espléndida piscina. un poco más cerca del columpio y el campo de futbit es el río, que corre manía. todo lo que rodea la venta es pura naturaleza, arbolada sin campos de cultivo, por lo que las vistas son ideales. Más allá del río comienza una pendiente que sirve como rompevientos. Pero, independientemente de la zona donde se encuentra esta venta, lo importante es su gastronomía. es una síntesis de varias cocinas, siempre a precios muy económicos, por lo que es la parada obligatoria para las líneas de autobuses interurbanos. las principales recetas mezclan los ingredientes de montaña con los del valle, siempre siguiendo la gota local. es un lugar ideal para probar la carne de caza, así como todo tipo de productos de temporada como espárragos, palmas, caracoles, hongos, etc.
