Me gustaría empezar mi opinión al dejar claro que me refiero al cuchifrito que está en la Avenida Irlandesa. Es un lugar donde puedo frecuentar. Pero hay algo, o mejor dicho alguien que me molesta. En el restaurante hay 2 camareros, jóvenes, no sé el nombre, porque nunca aparecen... No lo digo por nada, pero trabajo frente al público y sería malo que, en la hospitalidad, encontráramos a quién nos acompaña y también saber quién dirigirnos, en lugar de usar el típico "bueno de la disculptura, a causa del 2, hay uno que lleva la cabeza afeitada al cero, que es muy correcto y encantador. el otro que lleva pelo como una punta y algo afeitado en los lados, es otra canción. Él exhibe un coro no-sitular, en ninguna parte diría. Cuando te mira, no te mira en la cara, en algún momento, parece ser inútil para ti, pero te tira el plato. Cuando te retiras el plato, no te preguntas si puedes hacerlo, solo tómalo... En resumen, es un trato insatisfecho e indescriptible, que sinceramente te hace sentir incómodo y arruinar el momento en que disfrutas del maravilloso coomide servido en este restaurante. No quiero que esto entienda que quiero que lo despidan, no mucho menos, pero si lo hubiera moderado en tan gestos y atenciones. Es muy triste e incómodo que cuando va a comer o comer, el núcleo de la conversación es cómo te están sirviendo. De todos modos, me encanta el lugar, la comida, y creo que seguiré adelante, aunque intentaré no tomar ese camarero.
