El lugar tiene encanto. Es un restaurante muy bien decorado que le invita a permanecer para relajarse, no hay mucho ruido y además, tienen 2 mesas altas donde se puede comer. El servicio es muy bueno, los camareros son amables y están ansiosos de que nada falta. En cuanto a la comida, tengo que decir que sobre mis expectativas, yo era muy bueno. La ensalada de quinoa tiene un toque que nunca ha probado, y las bombas de aj eran jugosas y fritas perfectamente, sin grasa. Puse 4 estrellas por el precio, me pareció que era bastante alta a pesar de la calidad (una botella de agua con gas de 33cl 3