siguiendo las recomendaciones de un amplificador, allí presentamos a mi esposa y yo un buen día. Ha pasado poco tiempo libre, y cuando entramos, tenemos una gran sorpresa. lugar muy moderno pero acogedor, no es frío. por decoración parecía que era de comida moderna, fusión y tal, pero nada más lejos de la realidad. Al ver la carta (muy original, con los refranes gallegos y así sucesivamente) encontramos una variedad de tostas de tipo entrante, cacerolas, mesas etc, y sobre todo....CARNE Pedí una taza de ternera a la tortita, y era mantequilla pura. para ella un bolígrafo ibérico...para explicar el mejor precio, nos comieron, con postre y café, una botella de vino, por 45 euros los dos. muy recomendable