Este pequeño restaurante tiene poca existencia, ya que hace unos años abrió puertas, y la dura competencia tiene con la casa de juan, que está a un paso de distancia. la entrada al lugar es a través de una pequeña exposición y venta de buenos productos de la tierra: jamones que curan allí (en el piso hay una ventana de vidrio que permite ver el sótano con ellos,) quesos, fiambres, bebidas, licores, trufas de la tierra, etc. todo bien elegido. Al final hay un pequeño bar, y al siguiente hay el restaurante con pocas mesas, y letra corta, basado en platos fríos, pero de buena calidad, y servido con camarera. En otoño tienes que probar los hongos de la zona, el propietario es un experto en su cosecha.