Estábamos de vacaciones en la zona de tejedores y decidimos comer en este restaurante el viernes pasado y fue un 100% de éxito el lugar es muy agradable y agradable, la atención era 10 y la comida de mucho más, mención especial a los calamares, blanditos y ríquisimos con papitas caseras (cosa que valoro mucho), comimos muy bien y el precio de calidad ratio parecía inmejorable. se nota el producto casero y local. Además de lo obvio, me llamó la atención de una cosa que me gustaría destacar como detalle, el baño tenía un cambiador de bebé (no el típico que encuentras) y tenía pañales, polvos de talco y todo lo que necesito, aunque no fuimos con pequeños parecía un gran gesto, felicitaciones! Lo recomiendo y si regresamos a la zona repetiremos.
