Fuimos a la barcelona con un hambre impresionante que no vimos lugar para aparcar el coche e ir a comer y tuvimos la gran suerte de dar con inquebrantable, que nos invitó a entrar con tanta bondad y ofrecer a ver el coche para no tener ningún problema en absoluto. y así fue, una atención continua y detallada de alta calidad además de una comida buena y abundante, no se puede pedir nada más! ¡Volveremos y repetiremos seguros y siempre! ¡Ojalá pudiera encontrar un jefe como siempre rompiendo!