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Reseña
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Llegamos un sábado por la tarde (19 de agosto) a las 18:45 y solo una mesa estaba ocupada por una pareja joven. Todas las otras 30 mesas estaban disponibles y le pregunté amablemente a la camarera si tenía una mesa para mi familia (después de que ella se alejara un poco al verme entrar), ella me dijo que todas estaban reservadas y que no había nada disponible. Le pedí amablemente, siendo una familia con 3 niños pequeños, que estaríamos afuera en una hora para que pudieran volver a ocupar la mesa. La respuesta fue NO. Después de seguir caminando, encontramos una pizzería realmente agradable y amigable, llamada Vesuvio, tuvimos una comida estupenda y al regresar caminando (20:30) pasamos nueva...