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Reseña
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Fuimos a comer por estar al lado del hotel y amablemente nos dijeron que tenían todo reservado pero si andábamos por la zona podíamos cenar al tener huecos. Así lo hicimos. Pedimos calamares, almejas y zamburiñas junto con los postres. La comida no está mal, lo esperado por el precio que tiene cada producto, aunque la cantidad la vimos algo escasa, especialmente en las almejas. Lo mejor, los calamares. Los postres a 6€ en tarrina hacen que no los recomiende en absoluto (la tarta de la abuela parecía un yogurt con bizcocho y nocilla o nutella y el cremoso de queso con frutos rojos era más de lo mismo).