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Reseña
★
El servicio fue muy lento, sin una sonrisa amigable, una bienvenida muy pobre. El restaurante es dirigido por dos señoras que tienen las personalidades de una sardina. La comida era de mala calidad, pedí pollo a la parrilla con ensalada y papas fritas, el pollo estaba duro y la salsa era espesa y fría, mi amigo pidió merluza rosada, que estaba insípida. El vino blanco se sirvió en medidas muy pequeñas. Los postres eran helados congelados tipo Aldi. Nuestra cuenta fue de 50 euros, luego nos cobraron extra por un vaso de hielo. También alquilamos tumbonas en su área de playa, que podría haber utilizado una buena limpieza a presión.